Recordando [Lilian] +18

Llego al aula de música con intención de encontrar un piano para tocar algo. Abrí la puerta y el atardecer, los rayos anaranjados del sol iluminaban el piano, como si me estubiese llamando o el mundo supiese que iba a ir al lugar para tocar el piano... Me acerqué lentamente y levanté la tapa y tocar una tecla, y otra, y luego otra, para ver si estaba bien afinado el piano. Estaba realmente bien. Me crugí los dedos cual profesional pianista en su actuación y me puse a tocar una composición de lo más bonita Luz de luna. Recordaba que mi madre me tocaba esta canción cuando era pequeño para estimular mi inteligencia y intentar que me centrase en tocar el piano. Como si ella quisiese que lo tocase. Todos estos recuerdos fluían por mi mente mientras tocaba el piano con los ojos cerrados, me sabía las teclas de memoria. Esta canción me da tantísimos recuerdos...

Sigo tocando esta preciosa pieza que Beethoven nos dejó para aprender. Seguía tocándola dejándome influír por las notas, por el sonido del piano. Definitivamente era una de sus piezas más bellas que pudo crear este grandioso señor. Empiezo a recordar mi primera discusión con mis padres porque no les hice caso. Tampoco tenía intención de hacerlo ese día, aunque me llevé un buen guantazo... No sabía como demonios podía seguir tocando mientras pensaba en todo esto. Seguramente, que tengo una gran capacidad de concentración, o ya de por sí gracias a lo que toco. Luego me viene otro recuerdo; mi primera fiesta con mis amigos de instituto, fué la ostia, nunca me lo pasé tan bien en mi vida... Esa noche casi me matan mis padres y me dejan sin salir durante meses enteros. Nunca he salido tan tarde de casa, era más bien un chaval algo intelectual, pero a la vez guapo y hipnotizante.

Terminé la canción, si quería llamar mi atención y a lo hizo cuando entró. Olía a perfume a montones y sabía que alguna chica habría por ese lugar, además que también se oyó la puerta abrirse. Me giré sobre el taburete este del piano y le dediqué una sonrisa

-Buenas tardes

-Es lo que tiene provenir de una familia rica y caprichosa. Aprndes lo que queiras en muy poco tiempo. El piano lo toco desde los 9 años y se me da bien hacerlo-Murmuro casi sonriendo. Pero no lo hago, recuerdo las clases de mi maestro particular. Muy severo sí señor, pero cuando me recompensaba con sus alagos y elojios era de lo mejor del mundo.

-Encantado Lili. Albert-Le guiña el ojo del mismo modo incluso con el rosto con un pequeño toque de pícaro en mi mirada y expresión.

-Y... Bueno. ¿Qué es lo que te trajo a este lugar?-Le pregunto mientras me giraba para poder ver sus largas piernas y su cortito vestido con una leve sonrisilla picaresca.

-Digo a este... Remoto lugar. No creo que a una chica como a tí le guste la música, o los estudios en general. No te lo tomes a mal, no te estoy llamando tonta. Sólo que a las chicas guapas y provocativas, como tú, no les van este tipo de lugares.-Murmuro sonriendo.

Tsk, si esta chica se piensa que soy así de facilón, se va a tener que esforzar un rato más para poder besarme. Sonrío haciendo como que voy a sellar sus labios con los míos y me separo. Se quedó sorprendida, seguro. Miré el techo como si me acabase de recordar de algo

-Oh, vaya. Lo olvidé.

-¿Yo? De eso nada. Soy un chico fofo mira-Digo sacándo músculo del bíceps. ¡Y qué pedazo músculo! Estaba duro, bien duro. Se notaba de sobra que debía hacer mucho ejercicio, y me ejercitaba diariamente para mantener mi cuerpo.

-Lo sabía. Sólamente me hacía el tonto, guapa-Murmuro con una leve sonrisa mientras miraba sus piernas. Deslicé una mano a sus muslos y la acaricié suavemente. Tenía una piel realmente suave y era agradable tocar la piel de alguien que la cuidaba, y encima era hermosa.

-Ya. Eso dices ahora-Murmuro levemente mientras separaba mi mano de ella y me alzaba, me puse enfrente de ella y abrí un poco sus piernas y me puse entre ellas alzando su barbilla con una mano y mirarla a los ojos.

-Esto es inaguantable. ¿Eh?-Murmuro riéndome levemente mientras me acercaba a sus labios, rozándolos con los míos mientras la miraba a los ojos. Muy bellos ojos, sí señor.

Correspondo a su beso con gran intensidad mientras abrazaba su cadera cerrando levemente los ojos.